Una necesaria ilustración que trasciende de los colores, figuras y trazos para homenajear las raíces y la identidad; una forma muy útil en la lucha por los derechos
Entusiasmado y guiado en el orgullo por la identidad y el rescate de las raíces, Luis Ángel González Montiel, alumno de Artes Digitales de la Universidad de Guanajuato (UG), diseñó la imagen representativa de la 49 edición del Festival Internacional Cervantino (FIC).
Este cartel proyecta un mundo que creó Luis Montiel, basado en las esculturas, líneas, el estilo y los colores que plasma el artista cubano, Wifredo Lam, conllevando una sinergia con esta edición de la fiesta cervantina, teniendo a Cuba como país invitado de honor.
La ilustración se asortija por el movimiento voguing de los 80s. La esencia de esta expresión social era reunir a personas marginadas: afroamericanos, latinos y migrantes de la comunidad LGBT+, quienes se agrupaban para celebrar conjuntamente y con orgullo su identidad, teniendo como escenario y entorno salas de baile para hacer competencias que simulaban los movimientos de las pasarelas y de las revistas de moda.
De este modo, Ángel Montiel asume dicho movimiento como una celebración de los marginados orgullosos de sus raíces, que, a pesar de que en ese momento sufrían de discriminación, buscaban la forma de visibilizarse, de hacer arte y rescatar su identidad.
Fuente de inspiración
En cuanto al diseño, Luis se basó específicamente en “La Jungla”, una pintura del ya mencionado artista Wifredo Lam. De esta obra retomó aspectos del cubismo y del surrealismo en honor a Cuba.
Ángel, el creador de este ícono cervantino, explica que durante su formación en la UG aprendió sobre diversas técnicas artísticas, y sus materias teóricas le ayudaron a conocer sobre historia del arte, tendencias y composiciones artísticas, así como movimientos sociales que lo ayudaron para concebir y después llevar a cabo su diseño.
La imagen se compone por personajes con expresiones corporales de baile tipo death drop, vogue hands y xpress yourself. Algunos portan coronas florales y tienen los párpados pintados, botines cafés y blancos… Sin duda, un poema visual que aporta en la lucha histórica y actual por los derechos de la comunidad LGBT+.