Más de 10 mil personas se deleitaron en la 7ª edición del Festival de la Gordita, que se llevó a cabo en la ex Hacienda Rincón de Parangueo, en Valle de Santiago. Este evento, que se ha convertido en una tradición culinaria, celebró la esencia de la cocina mexicana y homenajeó a los agricultores, ganaderos, cocineras tradicionales, chefs y otros actores involucrados en la gastronomía local.
El festival, inaugurado por Juan José Álvarez Brunel, secretario de Turismo de Guanajuato, y Alejandro Alanís, presidente municipal de Valle de Santiago, contó con la participación de 28 cocineras tradicionales de diversas localidades como Valle de Santiago, Cortazar, Comonfort, San Felipe, Salamanca y Celaya. Desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, estas talentosas mujeres prepararon una amplia variedad de gorditas, incluyendo guisados tradicionales, gorditas ahogadas, de cáscara de papa, chile relleno, nata con chile negro, chapulín, lengua y muchos otros sabores auténticos.
Además, esta edición destacó por la participación de reconocidos chefs locales. Cristian Elizarrarás, René Noricumbo Villagómez y Martha Celedón ofrecieron talleres-degustación gourmet, presentando sus versiones únicas de las gorditas. El chef Cristian Elizarrarás cautivó a los asistentes con su gordita de garambuyo con requesón y flor de calabaza, maridada con pulque de la región. Por su parte, René Noricumbo sorprendió con la gordita de maíz azul y camarones al tequila y chiltepín, acompañada de un refrescante coctel de tequila local. Y la chef Martha Celedón deleitó a todos con su masita coloreada con cilantro, rellena de birria de conejo y coronada con una costra de queso, cebolla curtida y aguacate flameado, acompañada de un consomé exquisito y maridada con mezcal regional.
El festival no solo ofreció una experiencia culinaria única, sino que también contó con la presencia de artesanos de la región, productores de bebidas artesanales y grupos musicales locales, enriqueciendo aún más el ambiente festivo.
En un esfuerzo por promover la sustentabilidad y generar un impacto positivo en la comunidad anfitriona, el evento adoptó medidas responsables y sanitarias. Se fomentó el uso de insumos locales y se prohibió el uso de plásticos y uniceles, optando por desechables ecológicos. Además, se implementó un código de conducta para los asistentes, invitándolos a apoyar a los expositores, donar a asociaciones civiles, llevar bolsas ecológicas y cilindros para bebidas, y reutilizar los platos ecológicos.