Alrededor del mundo se encuentran un sinnúmero de sitios históricos que merecen ser visitados, pero en Guanajuato existen algunas opciones que se inspiraron en las construcciones originales, lo que las convierte en maravillas del Estado; se trata del Taj Mahal y la Capilla Sixtina mexicanos.
En el municipio de Acámbaro, Guanajuato, se ubica el Templo de las Cruces, una construcción que sobresale de las demás ya que está inspirada en la arquitectura islámica, por lo que se ha ganado el sobrenombre del Taj Mahal mexicano.
Este templo fue inaugurado en 2014 y estuvo a cargo del arquitecto José Ignacio Monroy. A primera vista parece que estás frente a una mezquita, sin embargo, al interior del templo te darás cuenta de que se venera a la Virgen de Guadalupe.
En cuanto a su arquitectura, el Templo de las Cruces está edificado con cantera rosa proveniente de Tlalpujahua, Michoacán. Cuenta con cinco cúpulas doradas en su exterior, una fachada que muestra la imagen de la Virgen de Guadalupe sobre el portón principal, además de una gran escalinata que conduce al interior del templo.
En su interior el Taj Mahal mexicano permite la entrada de luz gracias a los vitrales en sus costados. La arquitectura es más sobria que al exterior, tiene espaciosos arcos y grandes cúpulas, pero los accesorios no se quedan atrás, podrás observar grandes candelabros colgar en su interior y al centro, un altar tallado de cantera, dedicado a la Virgen de Guadalupe.
Otra de las maravillas guanajuatenses que está inspirada en una construcción internacional y que puedes conocer sin salir del país, es la Capilla Sixtina mexicana. En el poblado de Atotonilco, a tan solo 20 minutos de San Miguel de Allende, se encuentra el Santuario de Jesús del Nazareno, un templo que guarda en su interior majestuosos murales que le han dado el nombre de la “Capilla Sixtina Mexicana”.
Se trata de uno de los centros devocionales más importantes de México, adornado con frescos, esculturas, retratos y obras de arte de estilo barroco que le brindan una belleza muy particular.
El Santuario de Jesús del Nazareno fue fundado en 1740 y su construcción estuvo a cargo del sacerdote Luis Felipe Neri de Alfaro, el cual buscó construir una iglesia similar a la del Santo Sepulcro de Jerusalén.
La gran cantidad de pinturas que están plasmadas en el interior de este santuario fueron hechas por el queretano Miguel Antonio Martínez Pocasangre. Sin embargo, el atractivo de este santuario, no sólo se encuentra en las pinturas de los techos, los altares también están llenos de relieves y esculturas que le brindan una belleza particular. Estas obras muestran escenas de la vida de Jesucristo y sus apóstoles, pasajes de la historia sagrada o retratos de personajes relativos a la historia local.
Cabe resaltar que este santuario fue declarado en 2008, junto con la ciudad de San Miguel de Allende, como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.