La llegada de Los Auténticos Decadentes al Festival Internacional Cervantino transformó la noche del 17 de octubre en una celebración sin igual. La ciudad de Guanajuato, con sus calles empedradas y sus callejones llenos de historia, vibró al ritmo de la banda argentina, que ofreció una explosión de música y energía en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas.
Desde las primeras filas, un ambiente familiar envolvía el lugar. Niños sobre los hombros de sus padres, familias completas vestidas con los colores de la selección argentina y aficionados provenientes de ciudades como Irapuato, León y Ciudad de México se unieron en un masivo coro para acompañar a la icónica agrupación. Aquellos que no lograron entrar no se desanimaron, acomodándose en calles y colinas cercanas para disfrutar del espectáculo desde la distancia.
Los Decadentes comenzaron su setlist con el grito de “¡Viva México, cabrones!”, dando inicio a una noche memorable que incluyó clásicos como “Loco (tu forma de ser)”, “Vení Raquel” y “El Murguero”. El público respondió con un entusiasmo inagotable, cantando y bailando al compás de los éxitos que han marcado a generaciones en toda Latinoamérica.
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Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando la banda rindió homenaje a México con versiones de “Golpes en el corazón” de Los Tigres del Norte y “Oro” de Bronco. La multitud, ya conectada profundamente con la banda, estalló en aplausos y cantos, celebrando este tributo a la cultura mexicana.
La fiesta no se limitó al escenario. Desde los balcones y techos cercanos, espectadores se unieron al festín musical. La energía fue tal que, con cada salto del vocalista Chucho Parisi, el público dejaba de tocar el suelo por breves momentos, coreando con pasión “Somos como somos, decadentes así somos”.
Con casi 40 años de trayectoria, Los Auténticos Decadentes lograron lo que pocos: transformar el Cervantino en una auténtica celebración al aire libre. No hubo rincón en Guanajuato que no se moviera al ritmo de su murga, cumbia y rock, creando una atmósfera donde las fronteras se desdibujaron y Argentina y México se fusionaron en una misma voz.
Aunque la banda tocó durante una hora y media, el tiempo se quedó corto para los miles de asistentes que, hasta el último segundo, pidieron más canciones. La música, la fiesta y el espíritu de los Decadentes dejaron una huella imborrable en el corazón de Guanajuato y en la memoria de quienes tuvieron la fortuna de presenciar este histórico concierto en el Cervantino.