Cuando hablamos de Guanajuato siempre pensamos en su ciudad capital o en San Miguel de Allende las cuales son ciudades increíbles para visitar, pero si crees que has visto todo en el Estado te vas a impresionar con todo lo que hay por descubrir.
Te recomendamos iniciar la aventura muy temprano por carretera, desde la capital -Guanajuato- puedes tomar la sierra de Santa Rosa y disfrutar del recorrido entre montañas verdes y aire fresco, llegarás al Pueblo Mágico de Dolores en donde puedes visitar algún viñedo y degustar una rica copa de vino, recorrer el centro histórico y aprender sobre la historia de independencia de nuestro país, no puedes dejar de visitar los pequeños comercios y comprar una hermosa pieza de cerámica muy típica de Dolores, probar una rica nieve de sabores muy peculiares, como tuna, aguacate, lavanda, entre muchos otros.
Después de pasar una mañana en Dolores y dependiendo del ritmo de tu viaje, puedes tomar carretera hacía Mineral de Pozos, un Pueblo Mágico que en su época de más auge llego a ser un importante centro minero hasta que fue abandonado y por mucho tiempo llegó a ser un pueblo fantasma, hoy en día esta pequeña localidad cuenta con increíbles actividades de naturaleza, gastronómicas y culturales.
Unos kilómetros antes de llegar a “Pozos” encontrarás la entrada al rancho de lavanda un lugar muy peculiar que no te debes perder ya que cuenta con un campo lleno de estas hermosas y aromáticas flores, recorre los canales de lavanda y reposa en una banca viendo el atardecer en un ambiente relajado, podrás encontrar todo tipo de productos en venta, elaborados a base de la flor como jabones, sales, aceites, etc. Disfruta de algún producto comestible en su terraza como la tradicional nieve de lavanda con coco o mezcal, también prueba una rica cerveza artesanal con toques de lavanda. Sin duda toda una experiencia sensorial en este lugar tan peculiar.
Una vez hayas recorrido el rancho ahora toca el turno de Mineral de Pozos, como ya te contamos, este sitio es un lugar impresionante por sus vestigios mineros y ahora con un importante resurgimiento con hoteles, restaurantes y rutas turísticas de aventura. Visita su plaza principal y come en un restaurante comida tradicional mexicana.
Ya que hayas pasado un buen rato recorriendo las pequeñas calles de pozos y visitado sus ruinas, dirígete hacía San José Iturbide un municipio muy tranquilo en el que destaca la calidez de su gente.
En San José Iturbide no debes perderte su parroquia la cual es un emblema representativo del municipio. Construida en 1886 con un estilo neoclásico por el arquitecto Ramón Ramírez y Arangoti, se asemeja por sus columnas y vestíbulo a la Basílica de San Pedro, en Roma.
Cerca de la parroquia se encuentra el jardín principal, un lugar donde los habitantes salen a disfrutar de la tarde y comer algún antojo, recorre las pequeñas calles de San José y tomate un refrigerio en el “Café La Tribu”, un pequeño lugar con mucho estilo que cuenta con una amplia variedad de bebidas y alimentos.
Finalmente, cuando cae la noche y ya hayas recorrido una gran parte de la zona noroeste del estado, puedes pasar la noche en cualquiera de los lugares que visitaste, pues todos se encuentran a menos de una hora de distancia o incluso dormir en San Miguel de Allende al sur de San José para vivir otro día de Grandes Historias.