Guanajuato capital. Conocido mundialmente por su aspecto urbano. Edificaciones centenarias y un conjunto de colores que han generado una referencia visual.
Esta ciudad tiene un sótano: calle Miguel Hidalgo, planetariamente conocida como Subterránea, que recibe también la denominación de una de las 13 Maravillas de México, parte de las peculiaridades que presume la ciudad, ya sea por su caprichosa arquitectura o su historia.
Pero no siempre fue así… Años atrás, en lugar de conducir autos, conducía agua que en ocasiones se desbordaba, dejando fuertes afectaciones. Sin embargo, en 1963 cambió la historia de Guanajuato.
Lo que una vez fue el cauce de un río, se convirtió en un icono arquitectónico, considerado el más bonito de América Latina. Cuenta con una longitud de 2870 metros, 127 arcos que sostienen puentes, 10 accesos para peatones, entradas y salidas para vehículos. Entrar aquí, es conocer las entrañas de la tierra.
Sería el 09 de septiembre de 1963, cuando se iniciaron las obras de urbanización sobre el río que atravesaba la ciudad. El entonces Gobernador de Guanajuato, Juan José Torres Landa, incluyó en su «Plan Guanajuato» el proyecto de la calle subterránea.
Los trabajos iniciaron desde el Ex-cuartel de San Pedro hasta lo que hoy conocemos como la glorieta Unesco, este tramo mide 2 mil 870 metros. El encargado de llevar estos trabajos fue el ingeniero Víctor Manuel Villegas Monroy.
El 28 de septiembre de 1964, el entonces presidente de México, Adolfo López Mateos, el gobernador de Guanajuato, Juan José Torres Landa, el presidente municipal, Tiburcio Álvarez y el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Antonio Torres Gómez, inauguran la Calle Miguel Hidalgo.
Para evitar inundaciones, el Sistema municipal de Agua potable y alcantarillado de Guanajuato (SIMAPAG), se encarga de limpiar las alcantarillas que están a lo largo de este emblema arquitectónico.