Este martes, la edición 50 del Festival Internacional Cervantino (FIC) ofreció una variada oferta de actividades que comprendió desde teatro infantil, pasando por un recital de piano hasta pop latinoamericano, danza contemporánea y circo en las plazas públicas.
El Teatro Cervantes recibió a La Máquina del Tiempo y Los Bocanegra, con una obra infantil que tiene un mensaje de inclusión para todo público: Acá en la Tierra.
La puesta en escena nos muestra a Lolo, un niño que, al no reconocerse con alguna identidad de género, asume que es un extraterrestre y se embarca en la búsqueda de su propia identidad.
En el camino, se encuentra con la señora de la limpieza de su escuela, a quien Lolo le explica que no entiende por qué en la ceremonia escolar le obligan a formarse en una fila de niños o niñas, si no se siente parte de esos dos grupos.
Irapuatense ofrece concierto de piano
Por la tarde, en la Pinacoteca del Templo de la Compañía de Jesús Oratorio de San Felipe Neri, el pianista Luis Herman Miranda ofreció el recital Piano francés: del Santa Cruz de Juventino Rosas a la París de Claude Debussy.
Antes de comenzar su presentación, el joven irapuatense, considerado una de las jóvenes promesas del piano en México, se dirigió a su audiencia para expresar que no quería ser el pianista que llega de traje y se sienta al piano a tocar sin decir nada. “Yo quiero explicarles el programa”, expresó.
Así, el recital comenzó con el vals Sobre las olas. Después, pasó a unas polkas, Flores de México y La cantinera; luego interpretó un danzón, Flores de Romana, tema que el compositor mexicano escribió durante su exilio en Cuba, tras la salida de Porfirio Díaz del país. Al final de esta primera parte tocó el vals Carmen, una composición dedicada a la esposa de Porfirio Díaz.
En la segunda parte, el pianista interpretó piezas del famoso compositor francés, como Children’s Corner, que ayer él dedicó a su hija pequeña. Para finalizar, regaló al público otras dos piezas, entre ellas una de Beethoven.
Danza de Paul Taylor
El Teatro Principal contó con la participación de la coreografía de Francisco Graciano y Cinthya Shmulkovsky, titulada Bach, proyecto de danza; resultado del trabajo colaborativo del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato y coreógrafos de la Compañía de Danza de Paul Taylor.
Este espectáculo contó con una estética sencilla, que se conformó por una banda en vivo y seis bailarines, quienes a través de las interpretaciones de Bach fueron creando una atmósfera que se enfocó en sus movimientos corporales y en la sonoridad de la música clásica.
Los bailarines, cada uno, presentó un vestuario de un color diferente, lo cual ofreció atención visual a cada uno de ellos y sus movimientos; por otra parte, la coreografía contó con un estilo narrativo en el cual la danza fue de menor movimiento con los bailarines comenzando en una escena, donde solo escuchaban la música, para continuar en una coreografía muy efusiva en el clímax de la música y un final donde todos volvieron a un punto de reunión de forma pacífica.
Francisca Valenzuela ofreció un colorido concierto
En la noche, en la Alhóndiga de Granaditas, la cantante chilena Francisca Valenzuela ofreció un colorido concierto que animó a los jóvenes que se dieron cita en este escenario del FIC al aire libre.
La cantante de música pop, cuyas composiciones abarcan desde historias sobre su vida personal, feminismo o temas políticos, agradeció en todo momento al público y al Festival por presentarse en ese escenario. Al principio interpretó temas como Tómame y Afortunada, canción que “celebra el amor bueno, bonito y sano”.
Hola, impostora fue otro de los temas que cantó. Este, dijo, habla del llamado síndrome del impostor que muchas mujeres han experimentado, “una voz venenosa que te hace sentir un fraude”. Con este mensaje, la artista se ganó los gritos y aplausos de las mujeres. Después, la cantante se sentó frente a su piano e interpretó Los poderosos, una canción que describió como un llamado a la acción a aquellas personas que ostentan el poder en América Latina para que tomen en cuenta las necesidades de su pueblo.
Entre el público hubo jóvenes que le ofrecieron regalos, como una bandera de Chile o una playera blanca con la leyenda de Guanajuato, un gesto que la artista agradeció usando esta prenda para interpretar su última canción de la noche, Buen soldado, cuyos ritmos festivos pusieron a bailar a algunos jóvenes.
Cirko Demente en la Plaza San Fernando
Además, el Cirko Demente se presentó en la Plaza San Fernando, son una agrupación de circo contemporáneo inició desde 2003, presentando sus espectáculos en diversas partes del país y más allá de las fronteras, como en Canadá, Estados Unidos, Francia, Argentina y España, entre otros.
En esta ocasión, la agrupación nos brinda el montaje Luna Eva, en el cual un grupo de bailarines y expertos en artes circenses usan el escenario para mostrar sus dotes, a la vez que juegan con el modelo de una luna y el agua de un chapoteadero.
Con mezclas de audio en vivo e instrumentos de viento, los integrantes de Cirko Demente suben encima de un tubo dispuesto al centro del escenario. También ayudan a elevar a una bailarina, quien lleva un aro de metal atado a su cabello, al cual lo sujetan con un arnés después a unos pocos metros; la joven hace acrobacias en el aire.
Luna Eva, estrenada este martes, cautivó a todos los presentes en la Plaza San Fernando. Decenas de personas ocuparon los asientos colocados en el lugar; los comensales de restaurantes aledaños no perdían detalle del espectáculo.
Casi al final, los bailarines toman un bloque de hielo, lo cuelgan de una estructura metálica y lo hacen girar, para después comenzar a derretirlo con ayuda de un soplete.
Cirko Demente contará con otra función de Luna Eva este miércoles 26 de octubre, a las 20 horas, en la Plaza San Fernando.
Korea National Contemporary Dance Company
Paralelamente, en el Auditorio del Estado se presentó Esto no es un juego de la Korea National Contemporary Dance Company.
Lo experimental es uno de los rasgos característicos de la danza contemporánea coreana, en la que no sólo se combina el lenguaje corporal sino elementos técnicos y audiovisuales que potencian la expresividad, indicó Nam Jeong-ho, directora artística de la agrupación.
Esto no es un juego es una obra sobre la supervivencia y la competencia que vivimos en la cotidianidad, presentada en el Auditorio del Estado como parte de la oferta dancística del festival.
Diez bailarines hacen del escenario un tablero de juego en el que se disputa la vida mediante el baile y la destreza del cuerpo. La astucia, agilidad y movilidad en escena funge como arma de defensa frente a la humanidad y los obstáculos impuestos en el camino.
Nam Jeong-ho es la fundadora de la KNCDC, quien incorporó su esencia personal dentro de las propuestas creativas de la compañía. Mientras la danza contemporánea en el resto del mundo seguía los cánones estadounidenses, la directora de la compañía coreana siguió su propia intuición para el desarrollo de nuevos lenguajes dancísticos.