Parte de la grandeza de la cinematografía y su apreciación en Guanajuato capital se la debemos al tapatío Adolfo Martínez Carrillo y su visión. Este personaje, de oficio impresor, llegó a la capital con su esposa María de los Ángeles Castañeda, estableciéndose en el barrio del Baratillo.
Viviendo cerca de un sitio ícono de expresiones artísticas, como el Teatro Principal, inició el idilio entre Adolfo Carrillo y este lugar. Los fines de semana, por ahí de 1917, el jalisciense rentaba el Teatro Principal para proyectar películas, asombrando a quienes podían entrar.
Después de unos años y notando la afluencia y aclamación del público, tuvo la idea de adquirir terrenos baldíos con una ubicuidad idónea. Siendo elegido un lugar que estaba entre dos emblemas de la arquitectura e historia: la Alhóndiga de Granaditas y el Mercado Hidalgo.
A finales de 1919 inició la construcción del Teatro Cine Reforma, y ya en 1920 fue inaugurado. Aquel día de su apertura, la explanada de la calle Juárez estaba abarrotada. Empresarios, políticos y demás hacían fila en la taquilla para poder ver la película que daría inicio a una época dorada de entrenamiento en la ciudad. Se dice que la primera cinta proyectada fue “El Sombrero de Copa”, de Mark Sandrich. Aunque existen dudas sobre este dato, pues este filme es de 1935.
De manera asombrosa y característica, en la parte superior del gran Teatro Cine Reforma estaban las instalaciones de la Compañía Cigarrera Mexicana S.A., anunciando sus marcas con la siguiente leyenda: “Fumen sus acreditadas marcas: Favorita, Violeta y Perlas.”
Fue tanto el éxito de este proyecto que en julio de 1948 se planteó la idea de ampliar el cine en dos etapas para el interior y una para el frente, sugeridas y trazadas por los ingenieros Rafael Garza, Andrés Nieto Vargas y Víctor Guzmán.
Con estas modificaciones, en 1951 se concluyó la construcción que conocemos hoy, destacando en la parte superior, las palabras “CINE REFORMA”. Con un aforo de 1070 butacas y, en general, las especificaciones con las que debía cumplir un sitio de encuentro social como este.
Pero no sólo era un centro de proyecciones, sino que asistían grandes estrellas de la farándula, como Mario Moreno “Cantinflas”, Fernando Soto “Mantequilla” entre otros.
En 1954 falleció don Adolfo Carrillo, quedando a cargo del cine su hijo, del mismo nombre. Adolfo hijo mantuvo en varios años la profesionalización de la proyección del cine, además de seguir con las funciones de teatro, lucha y box.
En 1964, Circuito Montes compró todo el inmueble. Durante más de 16 años esta empresa siguió con las actividades de proyección… Hasta 1980, donde todo cambió. La aparición de videocassets significó la desaprición intermitente de las salas de cine. Luchando por resistir, la empresa Montes decidió proyectar exclusivamente películas XXX, pero al final, el gran Cine Reforma terminó en el abandono. En la década de los 90s hubo varios intentos por revivirlo, pero nunca pasó…
Al inicio del 2000 se adquirió el inmbueble por la tienda DelSol, demoliendo todo por el interior y dejando sólo el cascaron. Como emblema de un gran recuerdo, se dejó el letrero “C I N E R E F O R M A”.
Fuentes consultadas: Chopper / Geografía e Historia de Gto